Con más de un siglo de historia, ha impulsado el desarrollo productivo del país y acompañado a millones de personas a través de marcas que ya hacen parte de la cultura ecuatoriana. Su rol va mucho más allá de la cerveza: es empleo, cadena de valor y orgullo nacional.

La compañía llevaba dos décadas sin renovar su identidad corporativa. En un momento de transformación interna: digitalización, sostenibilidad y modelos productivos más inclusivos. Necesitaba una marca institucional que reflejara esta evolución y fortaleciera su presencia como holding detrás de un portafolio nacional.

La identidad anterior, más tradicional y rígida, no representaba la nueva realidad de la empresa ni el espíritu del Ecuador actual: un país que valora la innovación, el progreso y la conexión con lo propio. Con consumidores más conscientes y una sociedad que reclama marcas más transparentes, Cervecería Nacional requería una identidad más relevante, moderna y alineada con su propósito.

El rebranding introdujo un sistema visual más simple, versátil y contemporáneo, construido desde la tricolor ecuatoriana para reforzar su vínculo con el país. La nueva identidad comunica orgullo local, modernización y un propósito claro: generar oportunidades y aportar al desarrollo económico y social del Ecuador.

El resultado es una marca corporativa que honra su legado, pero se proyecta con claridad hacia el futuro.

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